Cuando nació mi primer hijo no
tenía ni idea de qué pediatra lo atendería, era primeriza y a decir verdad no
sabía lo importante que es tener un médico de confianza, pensaba que doctor es
doctor finalmente. Sin embargo, casi inmediatamente después de que nació, me di
cuenta que no es así, sino que va mucho más allá de eso. El pediatra llega a
ser una de las personas más importantes en nuestro nuevo mundo de la
maternidad, ya que le confiamos la vida
de nuestro hijo, no es un simple resfriado o una fiebre, ¡es la vida de nuestro
hijo! y por ende, no deberíamos tomarlo tan a la ligera.
Estuve dos meses con el pediatra
que recibió a mi hijo en la clínica, antes de cambiar con el que me acompaña
hasta el día de hoy, casi 4 años después y fue justo ese lapso de tiempo el que
me hizo aprender un poco de lo que necesitamos tener en cuenta a la hora de
elegir un buen pediatra y lo que yo busqué en el mío, que lo resumo en 6 puntos importantes:
1.- QUE INSPIRE CONFIANZA: ¡Básico! Para mí es lo primero de la lista, necesitas creer que lo que el/ella te dice es
lo mejor para tu hijo, sin dudarlo, ya que eso hará la diferencia cuando a las 2 de la mañana de un sábado te diga
que pongas a tu hijo de x meses en la tina con agua “quitadita de caliente”
para bajarle la fiebre que parece no querer irse con nada. La misma confianza
que te da alguien que trata de calmar tu llanto y con voz cariñosa te dice
“hey, tranquila, todo va a estar bien, si sigue igual, tráelo inmediatamente,
sin importar la hora, que aquí te espero” Ese es el tipo de confianza que te
tiene que dar un pediatra.
2.- DISPONIBILIDAD: ¡Todo el tiempo! Las enfermedades y/o emergencias no
llaman por teléfono a avisarte que están en camino como en la propaganda de la
farmacia, vienen de un momento a otro y es importante saber que el doctor de tu
hijo ¡estará ahí cuando lo necesites! En cualquier momento. Los doctores que
apagan el celular a partir de las 11 de la noche y lo prenden a las 6 de la
mañana del día siguiente, los que no atienden los sábados y los domingos, ¡no
son los indicados para tu hijo! (y menos para ti!).
Necesitas la tranquilidad de
saber que bajo cualquier circunstancia, el podrá responderte las llamadas, los
whatsapp o los mensajes sin sentirte avergonzada o corta de contactarlo, ya que
el pediatra tiene que ser tu primera y única opción cuando tu hijo esté mal (o
incluso cuando esté bien pero estés preocupada por algo)
3.- EMPATÍA y CARIÑO: Recuerda que es quien va a revisar a tu hijo TODOS
los meses durante el primer año de vida y TODOS los años durante su niñez así
como cada vez que se enferme, por lo que necesitas prestar atención al cariño y
afecto que le demuestra, a cómo tu hijo se siente cuando está con él, cuánto
tiempo le toma revisarlo y cómo lo hace, si juega con él o si simplemente “cumple con su trabajo” y lo hace
mecánicamente, puesto que un doctor de niños, tiene que tener el carisma para
atender niños.
El pediatra de mi hijo, es un
doctor mayor, pero se toma la vida revisándolo, le conversa desde que tenía dos
meses, le dice gordito cachetón, le hace cosquillas, le presta su estetoscopio y
él mismo le infla su globo después de cada atención, le pone la vacuna sin que
Luciano termine de darse cuenta que ya se la puso y es el único doctor al que
Lu quiere ir cada vez que está enfermo, ¿Quién se ganó ese cariño? El mismo.
4.- DIAGNÓSTICO claro, preciso y meticuloso: Un buen pediatra es quien
te dice las cosas de frente, como son y sin maquillarte nada, quien no te dará
un diagnóstico sin tener las pruebas suficientes, aquí no existe el “sin
confirmar”. Además es quien tiene que absolver todas tus dudas e inquietudes,
poniéndose en tu lugar y explicándote detalladamente cual es el procedimiento a
seguir, porqué se está haciendo eso, qué es lo que puede pasar después, cuáles
serán los síntomas y dejarte lo más tranquila posible.
Recuerdo que una vez estaba de
viaje, Luciano se enfermó y tuve que llevarlo a un pediatra que no conocía,
quien al revisarlo me dijo que tenía una enfermedad “mortal” que le da a los
niños menores de 2 años y que viven, aproximadamente, sólo 6 meses más. Fueron
las 12 horas más largas de mi vida, mientras regresaba a Lima y lo llevaba de
frente al consultorio de su pediatra, quien después de 5 minutos de un
exhaustivo control, me dijo que era un virus que les da a los niños en edad
preescolar, tan común como un resfriado, nunca entendí cómo ese pediatra pudo
decirme algo tan a la ligera sin ningún sustento.
5.- CONSULTORIO: La mayoría de veces los horarios de las citas no se
cumplen con exactitud, ya sea porque el doctor tuvo una emergencia o porque se
retrasó, pero casi siempre hay que esperar unos cuantos minutos, verifica que
el consultorio sea “apto” para niños, ya que al ser un médico de niños, debería
tener por lo menos juegos, muñecos, lápices para pintar o cuentos y hacer más
entretenida la espera de SU paciente. No necesitas tener una revista para leer
o un noticiero en el televisor ya que no es tu doctor sino el de tu hijo y lo
importante es que él se sienta cómodo de esperarlo, eso hará que luego en el
control, se muestre más tranquilo y colaborador.
6.- SEGURO MÉDICO: Asegúrate que el doctor que has elegido atiende a
través de tu seguro médico, averigua en todas las clínicas que atiende o
incluso, si tiene consultorio particular, ya que la mayoría de pólizas de
seguro trabajan además por reembolso y si en caso, no lo tienes cubierto dentro
de tus redes, tal vez lo puedas tener a través del reembolso y el costo es casi
el mismo.
Ese es el check list que hice
cuando decidí cambiar al primer doctor de Luciano, según lo que para mí es importante
tener en cuenta. Mi recomendación final es que busquen un pediatra con quien se
lleven bien, en quien confíen y a quien puedan llamar a cualquier hora y que los
atienda siempre, con cariño y respeto.
Espero que les sirva y si tienen
algo más que agregar, por fa háganlo, así hacemos esta lista entre todas, un
poquito más rica. J
Un beso,
¡Los quiero!

Pd: Post escrito para Mamás Blogueras Peruanas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario