Hola! Les cuento que estos días hemos
empezado una etapa nueva con Luciano y la verdad no sé si es que últimamente
estoy más cansada que antes, me estoy volviendo viejita, Luciano está cada vez
más grande y demandante o todas las anteriores jajaja pero ahora si me la está
poniendo difícil. Se frustra muy rápido por todo lo que no consigue hacer, antes podía manejarlo, le explicaba que teníamos que esperar un rato, lo
distraía y después volvíamos a intentarlo, así hasta que le salía. Pero ahora
no quiere moverse hasta que le salga, no entiende razones, tira las cosas al
suelo, llora (sin media lágrima claro, pero con un sentimiento de aquellos)
cuando intento ayudarlo me dice “mamá” como para que yo lo haga, le digo no
amor, hazlo tú, “ no- mamá” le ofrezco hacerlo los dos juntos: “NO – MAMÁ”, con un NO
completamente seguro, un NO autoritario, de quien no aceptará
ninguna respuesta que no sea la que él quiere (no amor, no sé a quien habrá salido!!!) y no lo vuelve a intentar, me lo
da para que lo haga yo, o se lo da a su papá o a quien esté cerca, pero él no
lo vuelve a intentar. Tiene un carácter fuerte, es la extraña mezcla de su papá y su mamá (y con eso ya tiene bastante el pobre) pero esto no es cuestión de carácter, es cuestión de la frustración que se ve en su carita y en sus gestos cuando no puede con algún juguete, no encaja el rompecabezas, no logró hacer que avance el carrito o algo así...
Llega un punto en el día en el que me frustro yo también,
porque siento que no estoy enseñándole bien, siento que es mi culpa que él no
entienda que hay cosas que no le van a salir a la primera, que está aprendiendo
y que todo toma tiempo, me vuelvo intolerante conmigo misma, me juzgo, me critico, siento que soy una mala madre que
no sabe cómo enseñarle a su hijo a manejar su frustración y a tolerar sus
propios errores y me muero de miedo, literalmente, me muero de miedo de no
saber cómo hacerle ver que es normal equivocarse, que es válido pedir ayuda y que
para aprender necesitamos intentarlo otra vez, algo que va a ser básico en toda su vida!
En esos momentos somos dos
frustrados, el por no poder hacerlo y yo por no saber cómo ayudarlo a aprender.
Sé que los dos estamos pasando por situaciones nuevas, los dos nos estamos
sintiendo mal, los dos estamos tratando de descubrir cómo hacerlo mejor, la
diferencia es que yo soy la madre y se supone que debería de saber cómo hacerlo, pero a veces siento que soy una niña más ¿me dejo entender? Un torrente de emociones se apodera de mi, una mezcla de sentimientos raros... Me he sentido tan mal por esto los últimos
días, tal vez me faltó paciencia, pero no era porque no lo
entendiera, al contrario, era porque no sabía cómo ayudarlo! Estos dos años he
actuado por instinto, obedeciendo a mi corazón y creo que dentro de todo lo he
hecho bien, pero esto me agarró por sorpresa, no pensé que fuera a darse tan
rápido, estaba preparada para combatir pataletas, llantos sobredimensionados, todo lo que nos dicen por todos lados que pasará a los dos años, pero no estaba preparada para ver su carita de frustración y verlo peliarse con el mismo porque no pudo conseguir algo, a decir verdad, lo esperaba en unos años más todavía. Así que les cuento que empecé a leer al respecto y esto es lo que, en
resumen, me pareció importante compartirles:
Primero, que las frustraciones del
niño son parte de su crecimiento y
son reacciones absolutamente normales y sanas, por las cuales TODO niño debe
pasar (uff pensé, entonces no soy una mala madre, ni una Cruella de Vil!!!) y
que es importante dejar que viva pequeñas frustraciones día a día, que no se
las evitemos constantemente.
Mientras leía, iba comprendiendo
mejor las cosas, y el sentimiento de culpa que sentía fue desapareciendo, me
fui quedando un poco más tranquila y con más herramientas para poder manejar
esta etapa. Por ejemplo decía que, cuando hay una actividad que el niño no
puede resolver bien, le pidamos que nos
deje intentarlo nosotros, y que sirvamos de “ejemplo”, que hagamos como que no
nos salió a nosotros tampoco, que no lo resolvamos, sino que busquemos juntos
la manera de hacerlo, ¿cómo crees que podría ser? ¿Y si lo hacemos de esta otra
manera? una vez que nos haya salido usamos frases como “que bien que intentamos
otra vez”, gracias por ayudarme, que bien lo resolviste. También es importante aceptar ante el niño que está bien que se sienta molesto por no conseguir algo: Entiendo que estés molesto, pero molestándote no vas a cambiar la situación, lo que tienes que hacer es volver a intentar, buscar otra manera de hacerlo. Pero diciéndole que sus sentimientos son válidos. Cada día tenemos que armarnos con una dosis extra de paciencia, es nuestra única aliada, no importa cuantas veces tengamos que enseñarle, no importa cuántas veces se equivoque, lo
importante es hacerle ver que estamos ahí, que puede pedir ayuda, que puede
intentarlo de nuevo, pero que no debe rendirse ni sentirse mal o sentirse
culpable.
Nuestro hijo está en una etapa de aprendizaje continuo, de exploración, de independencia, está descubriendo el mundo y todo lo que puede hacer en el, las cosas que para nosotros son obvias, para ellos son totalmente nuevas, tenemos que acordarnos que ellos están aprendiendo, pensaba que sólo me pasaba a mi, que Luciano estaba reaccionando así por mi culpa, porque no lograba enseñarle mejor, pero es una etapa normal, por la que tenemos que pasar para formar en ellos la tolerancia, la paciencia, que conozcan la frustración. Es aquí donde los dejo con un texto que leí que llamó, particularmente, mi atención: “La frustración es una señal del
crecimiento de tu hijo, puede causar que
siga indagando y aprendiendo, pero mucha frustración causa el efecto contrario
(…) ofrécele ayuda, pero no hagas todo
por él” Penélope Leach
A veces tratamos de evitarle problemas, de querer hacerle todo, o por el contrario, que aprenda solo y haga todo el, pero todo en exceso es malo, debemos dejarlo vivir pequeñas frustraciones para que busque soluciones, para que aprenda a enfrentarse a las cosas, pero bajo nuestra ayuda, bajo nuestro amor, para que sepa que no está solo y que lo que siente es normal, eso lo ayudará cuando sea más grande a saber cómo llevar el no sacarse la nota que esperaba, no ingresar a la universidad a la primera, no ganar el juego que quería y todas las situaciones adversas a las que tendrá que enfrentarse todos los días... formará su tolerancia, pero es un camino que seguir, no es algo inmediato y es algo que tenemos que hacer desde que empiezan a sentirse así.
Ahora que ya sabemos que es lo que nos espera, tenemos que tener más paciencia que nunca, tanto con nuestro hijo, como con nosotros, que también estamos aprendiendo a ser padres, no seamos tan duros con nosotros mismos.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario